Ragga-ragga

Es muy fácil preguntar al final de un campeonato cuáles han sido los resultados, cómo ha jugado el equipo, y al ver que los objetivos deportivos no se han conseguido, transportar nuestra mente automáticamente al "fracaso" o "no cumplimiento" de los mismos. Quizá la traba se cree en el momento en que cada equipo se marca estas metas, seguro que distintas para muchos de los conjuntos... pero me atrevería a decir que siempre con un mismo denominador común. La victoria. En estos dos días se ha podido ver otro tipo de triunfo. El logro de ver premiado con más sensaciones que resultados clasificatorios, un trabajo hecho durante todo un año... y ya no solo eso, sino que podemos remontarnos a mucho más atrás.
Un grupo cuyo núcleo fue formado allá por 2007, y con un propósito único... el disfrutar de un deporte como es el Balonmano. Un deporte que nos ha dado a todos los que hemos vivido esta experiencia más de lo que muchos puedan pensar. Balonmano es lo que somos, es lo que son todas y cada una de esas niñas de 12 a 14 años. Es su vida, son sus amigas, es su preocupación, es lo que las llena, en definitiva. Un propósito que desde el principio era claro, ya por aquellos años, y que no cambia al encaminar este Campeonato de Andalucía, siempre conscientes de las posibilidades de este equipo pero sin renunciar a nada de lo que pudiese llegar. Comandados por Almudena, una de las personas más carismáticas que puede haber nacido, que no dejará de sorprendernos nunca, estas niñas se han sentido identificadas con una idea de vida, una idea de competición y mentalidad ganadora que muchos equipos campeones desearían para si. Un sector que llevaban deseando disputar muchos años, en los que o se han quedado a las puertas o no han podido afrontarlo económicamente, y que este año ha sido el momento de disfrutarlo. Acompañados de incondicionales y la ayuda de dos entrenadores del club, pero sobre todo dos amigos, Ximo y Josema, este equipo nunca podrá olvidar lo que han vivido estos dos días. Unas jugadoras que durante el año habían paseado fácil por la liga provincial, con la única excepción de Almuñecar, un equipo con mucha tradición en balonmano femenino y que se les había atragantado clasificándose así como segundas de grupo. Pero de algo estoy seguro después de este campeonato. Y es que esa mentalidad ganadora que han adquirido enfrentándose a equipos presumiblemente superiores al equipo de Almudena, les va a servir en un futuro no muy lejano para ser más que nunca competitivas, luchadoras, ganadoras. Ese mirada y ese brillo en los ojos que he podido ver cuando las veía afrontar una defensa, al dirigirle la mirada al contrario. Ese espíritu de batalla al chocar contra las adversarias, y mover las piernas para bascular como si no existiese otra defensa. Todo esto es propio de un equipo al que se ha visto sometido a un punto de inflexión en estos dos días, y por el que nadie daba un duro. Un equipo que creyó en sí mismo en todo momento y lo tradujeron en la pista. Nunca olvidaré cómo jugadoras que no podían con sus piernas sacaron fuerzas de flaqueza y aguantaron un partido a cara de perro, un partido contra Puertosol que estaba perdido desde el principio, y que todo el mundo tachó su casilla en favor del equipo malagueño. Pero esto es deporte, y el primer gol lo metió Maracena en el calentamiento. Concentración absoluta de Puertosol en una mitad del terreno de juego, y diversión y un baile más que pegadizo y alivia-tensiones en el otro bando. Estaban allí para disfrutar, para ser ellas mismas, para dejarse llevar, para jugar a ese deporte que siempre van a adorar, y que es el Balonmano... eso sí, gracias a la personalidad de su entrenadora, visto desde otro punto de vista. La grada de casa, quiso ensordecer este acto pre-partido, pero nadie de nosotros hizo caso, habían entrado en un punto de motivación extremo, y era el momento de sacar las últimas fuerzas de este campeonato. Desde que los árbitros dieron validez, se intercambiaron los roles de este partido. Puertosol salía relajado, y Maracena como si se estuviese jugando algo. Y claro que se lo estaban jugando, se jugaban ese orgullo, ese trabajo diario, todas las horas empleadas en este deporte, desde el minuto 1, en el que el equipo estableció el ritmo del partido, cogió el mando, y no lo soltó. Fue una lección de como hay que llevar un partido de balonmano. Intensidad, sufrimiento, alegrías, fuerza, coraje, calidad, y ambición. Sobre todo ambición. No nos conformábamos con participar, esas niñas tenían que demostrar que no eran lo que la gente pensaba después del primer partido, y de eso se encargaron, de no bajar los brazos en ni un momento, aprendiendo de errores pasados, y alentados por una afición que nunca dejó de alentar y que poco a poco se hizo más numerosa con el apoyo de Algeciras, al que beneficiaba el resultado favorable de Maracena. Cada gol se celebraba con intensidad, cada minuto pasaba más lento que el anterior, los nervios se apoderaban de la entrenadora, y la experiencia que nos ha dado el Balonmano a Ximo y a mi a pesar de nuestra corta edad nos ayudó a poner frialdad a las acciones y leer bien el partido y lo que se necesitaba en cada momento.
Jugaron y ganaron como nunca, con tensión hasta el último segundo. La entrenadora rival no sabía qué más protestar sin razón, las niñas rompieron a llorar de emoción en cuanto vieron que ese último lanzamiento de Puertosol no entraba. Era un sentimiento enorme. Para la gente este equipo no se jugaba nada, para la gente no había explicación, pero solamente había que mirar a la cara de Almu para saber que detrás de ese partido había algo más que un partido ganado, estaba la más grande de las satisfacciones. El ver como su equipo, fue eso, en todo momento, un equipo, y había superado a jugadoras que se lo pusieron muy difícil.
Todo eran enhorabuenas, por parte de todo el mundo, Algeciras se sumió en abrazos con todas las jugadoras de Maracena, entrenadores vinieron a darnos la mano de distintos equipos que habían visto el partido, las jugadoras del Bm. Malaga-Costa de Div. Honor alucinaban con lo que habían visto del partido, incluso accedieron a sacarse una foto con esas pequeñas heroínas, incluso seleccionadores se interesaron por jugadoras de este equipo, a priori inferior a los demás, pero que calló más bocas de las esperadas, e hizo que se hablase de él en todo el entorno del Balonmano andaluz.
Pero eso no era lo que nos interesaba, a nosotros nos hacía felices otra cosa, más simple que todo eso. La sensación que te deja el trabajo bien hecho, y la metamorfosis de estas jugadoras, que han demostrado lo que es el deporte, y han dado una lección de humildad a más de uno, pero sobre todo, que en esta vida el ser resultadista a veces no lo es todo, y que el conseguir la clasificación, quizás hubiese sido peor para estas niñas que siempre confiaron en sus posibilidades, y que con coraje defendieron lo que son. Un grupo de amigas que ya han disfrutado y sufrido un pasado, nos regala un presente, dándole sentido a lo que luchamos, y le espera todo un futuro si continúan con esta mentalidad, en definitiva... es complicado calificar a este equipo, me quedo sin adjetivos para hacerlo. Lo bonito de los deseos es la lucha por conseguirlos

Comentarios

  1. perfecto, no pueddo decir que falta nada, me necanta

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  2. Respuestas
    1. Esta experiencia es algo para recordar. Fan nº1

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  3. no podias haber descrito unas sensacions como las qi se vivieron alli como tu lo has hecho, enhorabuena por como escribes

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  4. Representas BALONMANO, y creo que no hay nadie mejor para regalarles esas palabras a esas niñas que tu

    nos vemos pronto crack

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  5. Lo que expresas es tu sentir. ¡ENHORABUENA!

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