Era


Allí, cuando la intermitencia de los semáforos es algo menos ignorada por la longevidad de la noche... cuando no importa saltarse reglas y los felinos se apoderan de las calles vacías tras un largo día de ruidos, desengaños y prisas. Se halla allí ese Oriente tan cercano como inalcanzable. Ese sol que asoma entre sábanas a lo lejos, ubicando un nuevo día, y apareciendo por sorpresa una vez por edad. Una ilusión vestida de saliva, a la que solo le falta una mínima parte por conocer, y una eternidad por conquistar.

Devenir y retornar al son de los compases de una noche sin más limite que las agujas del tiempo, y sin más frontera que su secreto. Un refugio que hicieron suyo, sin pedir permiso a nadie. Solo hay espacio para dos, haciéndose uno... de lo contrario soledad... el peor de los andares, y el que mejor se les da curar.

Parten de cero como si llevasen ventaja, y cuando la adquieren de verdad, vuelven al cero. Es por eso que alguien dijo una vez que:

Toda historia, es una historia interminable.

Disfrutad.

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