Iridiscente.

Telaraña entre las teclas, que a merced de su historia cabalga entre acritud y tersura. No es más que un esbozo de lo que puede ser otra debacle más en lo que va de época estival. Pero la magia no entiende de normas, ni de reyes, ni de galletas saladas. La magia no entiende más de a lo que se debe... no es más que sierva de su adalid.

Día 1:

No hay historia que merezca aflicción de mudarse la piel entre actos, más desleal que la de simular franqueza para disimular cualquier tipo de pesadumbre o calvario. Es la traición más vil que puede explorar todo ser.

Aún así, cuando conmutas el sentido de la marcha, puede que esa magia, iridiscente, cautiva por su patrón, deje de golpear tus ojos con saña... para iluminarte la senda tras la zaga.

Hoy alguien me ha dicho que las personas que no son susceptibles de convertirse en personajes de estas historias, no merecen la pena.
Cada segundo que pasa, le doy más la razón.

"Ni Noviembre ni nostalgia".

Disfrutad

Comentarios

  1. Por qué diantres has tardado tanto en volver.
    No echaba de menos tus palabras, estaba muerta en vida.

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