Dentro, muy dentro.

Resultado de imagen de burbujas rojas

Los olores y la reminiscencia, aliados perpetuos en virtud de inmortalizar imágenes tan vivas como candentes dentro de nuestro ser. Rojo de nuevo, pero un rojo oscuro, tan sutil como disimular una ilegalidad permanente amparada en el reloj de las noches de enero y bañadas en el reflejo de una luz de semáforo a través de un ventanal abierto. Camina, primera dama, como una reina viaja una tesitura insostenible sin ávidos de afrontar nuestros problemas, por qué y para qué habiendo burbujas granates en la pared de un pasillo eterno y lúgubre que cultivará el miedo a pesar del refugio encontrado tras el tormento de atravesarlo. Congela este momento, dale sentido al laberinto, duela o no, será la misma enredadera que nos salvó la que nos condene y estalle cual jarra de cristal buscando refugio entre las juntas que pisamos descalzados, una deuda que ni lustros saldaron no prescribe ni se olvida, como ese olor ya extinto en lo material, mas perenne en el alma derruida. 

“La cuestión es que es difícil dejar que los cuentos de hadas desaparezcan; a casi todo el mundo le queda una mínima esperanza de que un día abrirá los ojos y verá que se han hecho realidad.
Disfrutad.

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