Estrellas
Alcanzarlas está en la mano solo de aquellos que osan a mirar a la cara a la inmensidad tras haberse encaramado, inconscientemente, por millas y millas de escalas y puertos de montaña. La mayoría se conforma en verlas desde el piso, otros se aseguran de que el calibre telescópico sea óptimo, pero es allí arriba, entre la abrumadora vastedad que otorga la sombra del anillo saturnino donde se cuece la poción de la vida eterna.
Va más allá, es cuestión de entenderlas, apreciarlas, otorgarles el valor que merecen y saber que sencillamente la posibilidad de palparlas reside en dejarlas brillar dentro de nuestros ojos. Testigos y cómplices de lo inevitable, encargadas de trazar lineas imaginarias entre constelaciones aún sufriendo destellos de cegadoras instantáneas provenientes de una superficie ínfima en relación a su magnitud.
Junto a ello observan inesperados confidentes, sin miedo ni a mojarse ni quemarse en la dermis terrestre que maravilla tras cada sorpresa acontecida. Quizás tenga mucho que ver con ese vertiginoso ritmo que se abre paso entre el cruce de miradas de esfinges de Ende. Custodia de esta nueva puerta que se atreven a atravesar de un tiempo a esta parte, aun a riesgo de parecer compases antagónicos, en una total sintonía.
"A veces, de noche, dormía con los ojos abiertos bajo un cielo que goteaba estrellas. Vivía entonces."
Disfrutad
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